viernes, 10 de febrero de 2017

Misionera en tierras Mexicanas



Hna Ximena
Hace seis meses que nos encontramos en una nueva Misión. Las hermanas Oblatas de la Asunción, somos Religiosas misioneras y vamos por el mundo ayudando a construir el Reino de Dios. México, ha abierto sus puertas para la Evangelización, contando con nuestra Congregación.

En estos seis meses fuimos acogidas por nuestros hermanos Asuncionistas y por el Pueblo Indígena de la Parroquia Santiago Apóstol, Tlilapan, específicamente nos hospedamos en la Iglesia, San Andrés Tenejapan. Fue en un clima de Esperanza, que encontramos a un Pueblo, que espera todo de Dios, a través de su Iglesia, contando con el apoyo de los Consagrados.

Hnas Arlette, Maria de los Ángeles y Ximene, o.a.
El Pueblo de San Andrés Tenejapan, Ver, cuida de las hermanas, nosotras, hospedadas en los Salones de su Capilla y desde allí fuimos conociendo sus tradiciones, participando de las celebraciones de su Patrono San Andrés, de encuentros celebrativos con los Mayordomos del lugar, las misiones preparadas por los Asuncionistas y también acompañamiento en la vida de la Comunidad .

Para mí fue un tiempo de observar la cultura y tradiciones que describen la forma de alabar a Dios, con respeto, ritos significativos, etc… es la manera que el Pueblo tiene de vivir la presencia de Dios en sus tierras…. Y así nos estamos adentrando a conocer el perfil del pueblo de Dios, mexicano en Orizaba, Veracruz.

El Pueblo se reúne en torno a la celebración de las Mayordomías y convivencias ofrecidas por las familias de los mayordomos. Un pueblo que acostumbra ofrecer a Dios la vida de sus pequeños hijos, celebrando los cumpleaños en la Eucaristía. Celebra con respeto y tradiciones sus difuntos en las diferentes etapas…. Novenario, cabo de mes, cabo de año, etc., con la Eucaristía y los parientes convidan al pueblo que celebra, al convivio fraterno, a rezar, según sus tradiciones.
En San Andrés Tenejapan, Ver.

Somos tres hermanas, dos Congoleñas y una Chilena, su servidora. Queremos, primeramente, llegar al pueblo de Dios, ofreciendo nuestra presencia, la escucha solidaria y nuestro Carisma de Oblación.

Esperamos también poder colaborar siendo los brazos de Dios, que buscan servirlo en los hermanos, en la misión. Somos hijas de un carisma que busca y entrega fraternidad y aquí estamos acogiendo a un pueblo que vive la fraternidad unido a sus tradiciones como expresión del amor a Dios.

Agradecemos estos seis meses que llevamos en esta nueva aventura misionera. Nos confiamos a Dios y a las oraciones del pueblo que nos envía y el que nos acoge. Sentimos que la Misión recién comienza. Seguiremos escuchando la brisa de las montañas en las que nos encontramos, como símbolo de la presencia de Dios en nuestro camino.

Hna. Ximena Rivas Rebolledo, O.A.

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