viernes, 9 de diciembre de 2016

Encuentro juvenil Dalzoniano 2016 en Cuichapa, Ver.

     El encuentro juvenil Dalzoniano es parte del apostolado de los Agustinos de la Asunción de México. Se inició hace dieciocho años y está dirigido a aquellos jóvenes que quisieran profundizar  el carisma y la espiritualidad de la Asunción con el propósito de crecer en lo espiritual y en lo humano. 

    El principal objetivo del encuentro fue dar a conocer a los  jóvenes a nuestro fundador, el padre Emmanuel d’Alzon, con el fin de mostrarlo como modelo para vivir los valores del Reino de Dios y dar testimonio de su vivencia cristiana. Por otra parte, en este encuentro se intentó profundizar en la importancia de discernir la propia vocación en la que se descubre a qué tipo de vida Dios les llama y preparar así su futuro.

     Este año el encuentro juvenil Dalzoniano tuvo lugar en la parroquia de san Isidro Labrador de Cuichapa (Veracruz), el pasado fin de semana del 25 al 27 de noviembre de 2016 bajo el lema: “Padre d’Alzon y la misericordia”. En el mismo participaron unos 300 jóvenes pertenecientes a varias comunidades de dicha parroquia.

    Previamente, durante tres meses, se efectuaron reuniones de trabajo del comité de organización en las que se abordaron diferentes temas como el presupuesto del evento, las fechas posibles y los medios para conseguir el dinero necesario para la organización del dicho encuentro; todo bajo la responsabilidad del hermano Marciano Solís López (Chano).

    Estas reuniones nos permitieron organizar ventas de bazar, aprovechando los mercados de jueves y sábados de cada semana, una kermes,  dos rifas. También contamos con la generosidad de algunos bienhechores y personas de buena voluntad.

      Un grupo de voluntarios ayudó a realizar estas ventas, en él participaron Maricarmen, Ivonne, Graciela Bernal Cortés así como los hermanos German González, Sergio Piedad y Yair Camacho. También el comité de organización contó con el apoyo de la pareja Juan Manuel y María Pineda de la parroquia de San Andrés.

      El viernes 25 de noviembre, salimos de Casa Manuel (México) a las 7:30 de la mañana. Estuvimos veinticuatro personas entre las cuales había: laicos, religiosos asuncionistas, una hermana Oblata de Jesús y una hermana Orante de la Asunción.  El viaje fue tranquilo gracias a  nuestro chofer habitual, el señor Emilio. Llegamos a Cuichapa a las tres y media de la tarde.

     La llegada de los jóvenes tuvo lugar el viernes 25 de noviembre. Ya desde la entrada al recinto de la parroquial, todos recibimos de parte del equipo de la recepción (Ivonne, Mari Pineda,  así como las hermanas Carmen, religiosa Oblata y Stephanie Mbambu, religiosa Orante de la Asunción) todo lo necesario para nuestro encuentro. Tras instalarnos en el salón de acogida, nos alistamos para participar a las actividades iniciales del encuentro.

     Durante este encuentro fueron programadas tres conferencias. La primera trató, por una parte de la realidad actual de los jóvenes, sus inquietudes, esperanzas y cuestiones; y por otra, la actitud del joven d’Alzon frente a los desafíos de su tiempo. La segunda conferencia trató del rostro misericordioso de Dios.      

     Esto para ayudar a los jóvenes a acudir a Dios que nunca abandona a los que cuentan con su gracia. La tercera conferencia trató del padre d’Alzon como ejemplo de la misericordia. La animación estuvo asegurada por Tony Miranda y el ministerio Shadday. Iniciamos el encuentro con la invocación al Espíritu Santo seguida por una breve oración. Luego se dio la bienvenida a todos los participantes,subrayando la importancia del desprendimiento y del silencio para disponerse a la escucha de Dios y deseándoles a todos un buen tiempo de reflexión y de meditación.

Luego el señor Jorge, laico asuncionista nos dio una charla acerca del tema: “D’Alzon, un joven inquieto” la cual fue precedida por una reflexión centrada en el joven y su realidad actual. En su charla, el señor Jorge  llamó a los jóvenes a aprender a percibir que lo más importante de su vida es el conocimiento de Dios y la misión que él mismo ha entregado a cada uno.

Al final de la charla, celebré la misa cuyo encargado de la liturgia fue Sergio Piedad y que fue animada por el ministerio de jóvenes Shadday. Durante el ofertorio los jóvenes presentaron como signos de juventud: un balón, una máscara, un celular, una libreta, una mochila, café y una cadena; así como los dones de pan y vino. 

Después de la misma, tuvimos la organización del hospedaje seguido por la cena. Luego hubo una breve reflexión sobre la carta de san Pablo a los filipenses seguido por un video acerca de la conversión del joven Roberto Ramírez que concluyó con la oración de la noche conducida por Yair Camacho antes de irnos a dormir. 

 La mañana del sábado 26 de noviembre, después de la misa de las 9:00 am, celebrada por padre Fataki Kakule, el resto de la jornada se dedicó a trabajar el lema del encuentro mediante una segunda charla dada por mí sobre el tema: “El rostro misericordioso de Dios”. En mi presentación, hablé de Dios que es, antes que nada, un misterio de compasión hacia sus criaturas. 

Lo decisivo para la historia humana es ahora acoger, introducir y desarrollar esta compasión en nuestro modo de vivir y de actuar para difundir esta misericordia a través del mundo. Luego invité a los jóvenes a no desanimarse ante sus dificultades y faltas, incluso cuando se sienten indignos de su amor. 
 
Al contrario, a ser confiados en Dios que jamás abandona a sus hijos. Luego se realizó una reflexión sobre el tema en grupos pequeños, donde los jóvenes tuvieron la oportunidad de compartir sus experiencias personales de la misericordia de Dios.
 
 La tercera charla fue dada por padre Fataki que subrayó el hecho que para el padre Emmanuel d’Alzon, “la misericordia es, en primer lugar, la expresión del amor gratuito de Dios”. El primer paso: el retorno del pecador sinceramente arrepentido que pide perdón. La  misericordia  es  también una  virtud  que  todo  cristiano  ha de  cultivar.  Brota  de  la  caridad  y es una dimensión esencial de todo apostolado.

Como apóstol de la misericordia, el Padre D’Alzon nos impulsa a acercarnos más a Dios misericordioso: “Es imposible considerar el ser de Dios, sus perfecciones, su misericordiosa, su bondad para con los hombres sin ser impulsado a amarle cada día más” (Escritos Espirituales, p. 850). 

Por la tarde hubo una reflexión de dicha conferencia en medio de un ambiente de fraternidad. Fue un momento muy entrañable. Aquí los jóvenes fueron invitados a compartir sus sueños para el futuro. Se les invitó a tomar parte en los misiones  de semana santa y de verano.


Una invitación a reflexionar sobre la posibilidad de tener un compromiso con los Agustinos de la Asunción, las Orantes de la Asunción, las Oblatas de Jesús o con cualquier otra congregación, sin olvidar al clérigo diocesano. Para animar a losjóvenes a preparar su futuro y realizar sus sueños, tuvimos testimonios de algunos participantes sobre sus propias experiencias de la misión.

Después de la comida y de un merecido descanso tuvimos un rato de animación y luego se llevó a cabo el rally, donde fueron diversas las actividades recreativas como, la danza africana, la huerta dalzoniana, etc. El día terminó con una hora santa precedida de una procesión maravillosa con el santísimo, animada por los jóvenes y coordinada por el hermano Manuel Moran Caloca.

El cierre de las jornadas se efectuó con la misa del primer domingo del adviento que se preparó con detalle y en un verdadero ambiente festivo protagonizado por los jóvenes de las diferentes comunidades participantes. 

La misma fue celebrada por padre Víctor Canchola, párroco de Cuichapa el cual me dio la oportunidad de compartir la palabra de Dios del primer domingo de adviento. Hablé de la vigilancia y de la atención a las cosas sencillas de la vida cotidiana en las que se manifiesta la presencia del Señor que viene.

Al final de la Eucaristía, di la bendición a un grupo de jóvenes comprometidos en la misión con sus biblias en las manos. Luego dirigí unas palabras de agradecimiento al padre Víctor Canchola por su acogida, a su consejo parroquial, a todos los participantes, a tantas familias y comunidades que nos apoyaron así como a las autoridades civiles que han velado por nuestra seguridad. 

Después de la Eucaristía compartimos la comida con el corazón lleno de gozo. Ya sólo quedaba recoger nuestras maletas y decirnos adiós unos a otros. El viaje de regreso comenzó a las 4 de la tarde y llegamos a la Ciudad de México a las 11 de la noche. Todos volvimos a casa con la mochila llena de nuevas amistadas y experiencias vividas y con la mente en la fecha del próximo encuentro que esperamos con muchas ganas.



 Estos tres días pasados en compañía de jóvenes me hicieron mucho bien, además de rejuvenecerme interiormente. Me sentí joven entre los jóvenes. Pero me hicieron también descubrir los desafíos de un mundo donde los jóvenes necesitan hacer un conocimiento profundo así como una experiencia personal de Jesucristo.

Después de esta maravillosa experiencia, se nos pide un camino de conversión. Esto es obra del Espíritu que nos cambia  la mente, el corazón, las actitudes, el modo de vivir. A cada uno de nosotros y a cada comunidad nos incumbe la responsabilidad de estar atentos y disponibles para lo que el Espíritu nos inspire.

Finalmente, será fundamental, que para llegar a buen puerto todos rememos en la misma dirección, como ya tuvo que hacerse en los inicios de este apostolado. Y aprovechemos esta circunstancia para agradecer a todos los que fueron protagonistas entonces y que hoy siguen apoyándonos.

Muchísima gracias a todos ustedes y agradecimiento especial a todos los que han contribuido de cerca o de lejos a que nuestro Dalzoniano de este año saliera muy bien. Que todo lo que hemos compartido y recibido en este encuentro nos ayude a crecer espiritual y humanamente para ser verdaderos hijos del padre d’Alzon y testigos de Jesús a través del mundo.  ¡Venga tu Reino Señor!
  
Padre Sébastien Bangandu, a.a.

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