Estimados
jóvenes misioneros asuncionistas:
Les
escribo para agradecerles su misión por el Reino de Dios. Cuando el corazón de
un joven es tocado por el amor de Dios comienza la extraordinaria aventura de
seguir a Jesús como un verdadero discípulo que se alimenta de su Palabra para
proclamar con su vida que vale la pena ser un misionero asuncionista.
Anunciar
el Reino de Dios no es simplemente dar un tema, visitar casas, tener encuentros
con niños, jóvenes, adultos y cumplir con las tareas asignadas; sino más bien
hacer todas las actividades con amor, saber escuchar los sufrimientos de las
personas, valorar las cosas sencillas, aprender de los errores con humildad y
sobre todo tener pasión sin límites por Jesucristo.
Los
jóvenes misioneros asuncionistas son viajeros del tiempo de Dios. Van a
aprender de la gente sencilla, compartir sus experiencias con alegría, dar amor
a quien lo necesita, tocar almas para lograr su libertad, transformasen en
amigos de todos y sobre todo partir sin apegos hacia una nueva aventura o
misión asuncionista.
Los
jóvenes misioneros asuncionistas son sembradores del Reino porque con su
testimonio de vida siembran semillas de amor, fe y esperanza para iniciar
procesos de conversión que sólo llegarán a su cosecha o plenitud en el tiempo
de Dios.
Me
despido felicitándolos por tan sublime misión y tengan la seguridad que no
hay mayor logro en este mundo que estar escritos en el libro de la vida del
Cordero quien murió en una cruz por cumplir con amor la misión de su Padre.
Bienaventurados los que trabajan por la extensión de los Reinos de los Cielos
porque ellos contemplaran la grandeza del Cordero en sus vidas.
Atentamente,
Hno Hugo F. Morales Ballestero, a.a.
Hno. Hugo
Fernando Morales Ballesteros, a.a.
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