Maricarmen |
Para mí la misión Asuncionista
ha sido y será siempre una de las mejores y más importantes etapas de mi vida
como católica, como mujer, como hija, hermana, tía, y profesionista.
Fui misionera
Asuncionista en la semana Santa de 1995 al 2015 y sin duda estos años me han
permitido darme cuenta que ser misionera en la Asunción te marca de tal forma
que siempre lo serás. Es decir, lo que
vives en una misión te capacita para salir al encuentro de las realidades
cotidianas de manera distinta, enfrentar las situaciones tanto positivas como
negativas de distinta forma.
La colaboración con los Asuncionistas ha sido la
mejor compañía en mi camino de fe, en mi camino de ser y de hacer iglesia.
ALEGRIAS: La verdad, han sido muchísimas alegrías
compartidas, con los Religiosos y los laicos. Pero específicamente en misiones
la mayor alegría es la satisfacción, de que en el intento por pretender enseñar
algo en las comunidades de misión yo aprendí muchisisimo más. El compartir
primero con el equipo misionero desde la visita previa a la comunidad de
misión, la preparación de la catequesis, el retiro de preparación para los
misioneros, organizar la salida hacer los equipos, avisar a nuestras familias
nuestra ausencia.
Y después, el compartir con la comunidad de misión
sus inquietudes, dudas, problemas, proyectos, maravillosas y diferentes
costumbres, literal el compartir el pan y la sal con la comunidad, que al final
todo se traduce en compartir una sola fe. La alegría de finalizar cada misión
con el encuentro de un Cristo que salío al encuentro de los misioneros y de la
comunidad justo en el momento que ambos nos necesitábamos.
La alegría de dar un paso más en nuestros caminos,
pues al regresar aprendes a valorar a tu familia, a tu trabajo, tu casa, y
sobre todo tu religión cátolica. La alegría de saber que eres parte de la
Iglesia, porque eres miembro activo, y desde la pequeñez de cada uno estamos
atendiendo al llamado que Cristo nos hace.
DESAFIOS: A veces con los religiosos, a veces sin
los religiosos, pero nunca contra los religiosos, y la verdad también opera
para los laicos….Perseverar sin dudar, no detenerme en este camino de fe,
seguir haciendo misión en mi familia, trabajo, en cada lugar que frecuente
dejar esa huella de la Asunción.
El trabajar de más, pues para mí siempre ir a la
misión y en general a la pastoral implica todo un reto, pues es cumplir con mi
trabajo para poder estar libre y desocupada, ya sea un dia completo, un fin de
semana, o en el caso de la misión que era una semana completa.
PERSPECTIVAS A FUTURO: Seguir trabajando por el
Reino, colaborar en y con la Asunción. Seguir haciendo misión hoy que la
iglesia necesita más de los católicos comprometidos. Al escribir todo esto,
solo me queda dar gracias a Dios por permitirme haber vivido estos años de
misión, por permitirme guardarlos en mi memoria y en mi corazón y por la
oportunidad de haberlo hecho en la Asunción.
Mariadelcarmen Martinez
Alvarez
Laica
asuncionista.
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